¿El Salmo 91 te salva del Coronavirus?
- Allan S. Contreras Ríos
- Mar 14, 2020
- 7 min read
Allan S. Contreras Ríos

El mundo está en un estado de pánico por el reciente coronavirus. Gente sale a comprar papeles de baño en exceso como si se acercara el apocalipsis zombi que todo nerd ha estado esperando toda su vida con ansías. Convenciones se han cancelado. Se han atrasado las fechas de lanzamiento de múltiples películas. Iglesias están cerrando sus puertas.
¿Qué debería hacer un Cristiano con respecto al Coronavirus? ¿Realmente deberían cerrar sus puertas? Algunos creen que sí, otros creen que no. ¿Debería esto ser una razón para dividir Cristianos? ¡Por supuesto que no! Entonces ¿deberían cerrarse las puertas o no, Allan? La respuesta es “como sea.”
“¿Como sea?”
“Sí, como sea”
Recuerdo que cuando estaba estudiando la Universidad en Estados Unidos, en una ocasión nevó tan fuerte que se cancelaron las reuniones en las Iglesias de todo tipo de denominación, creencia y color. Me arropé lo suficiente como para subir al Everest y salí en busca de una Iglesia que estuviera abierta, la que fuera, sería la primera vez que faltaría un Domingo a la reunión. En mi mente pensaba que debía de haber alguien allá afuera que pensara igual que yo…. Pero no fue así, casi todo se encontraba cerrado, mis pulmones comenzaban a sentirse muy, pero muy fríos por dentro. Sabía que si continuaba buscando me enfermaría gravemente, y no tenía dinero para ir al doctor. No hay Similares allá. Comencé a regresar a casa y la tienda de abarrotes que estaba al lado de la casa estaba abierta de puro milagro, compré jugo de uva y unas Ritz, regresé a la casa e hice el memorial yo solo con ese jugo y galletas, leí mi Biblia, canté a Dios. Sabía que aunque no estuviera reuniéndome en ese momento a consecuencia del clima, alguien más en otra parte del mundo lo estaría, y ojalá, como decía Pablo, aunque sea en espíritu estaba yo ahí también.
¿A qué voy con esto? Diferentes Cristianos van a tener diferentes opiniones con respecto a esto. Y no debemos hacer una ley en donde no hay una. Entre más tiempo pasé en Estados Unidos me di cuenta que esto de la nieve era un problema, manejar con nieve es extremadamente peligroso. ¿Qué era mejor: que gente arriesgara su vida y morir al tratar de llegar al Templo, o vivir para reunirse en otra ocasión? La seguridad de la Iglesia es importante. De nada sirve tener un Templo si toda la gente se murió tratando de llegar ahí. ¿Pecaron si no iban a la reunión un Domingo? No. ¿Deberíamos disciplinar a quién no vino ese Domingo? En lo absoluto. ¿Juzgaremos al hermano que traiga cubre bocas y no quiera saludar de mano para evitar contagio? Claro que no. Cada situación es diferente y debe haber discernimiento al respecto. Hay que ser sabios. Pero no hay que lastimar a otros solo por la convicción que tenemos. Yo quería buscar una Iglesia que se estuviera reuniendo e hice lo posible. ¿Arriesgué mi vida? Sí ¿Lo volví a hacer en otra ocasión? Sí. ¿Tuve que hacer mi propio culto otra vez? Sipirili.
Pidan a Dios misericordiosamente por protección. Pero tampoco caigamos en el error de querer citar el Salmo 91 como escudo protector ante este virus, o cualquier tipo de situación. ¿Creer en este Salmo impedirá que no te contagies del virus? Muchos pseudo teólogos así lo creen. Muchos Cristianos comparten esto en Facebook también como si fuera cierto. ¿Es el Salmo 91 una promesa de que el Cristiano nunca se enfermará? No, ¡en lo absoluto! Lo escribió un autor en particular en una situación particular en un contexto en particular.
Un pequeño vistazo a la Biblia basta para saber que los buenos sufrían enfermedades: Job sufrió bastante, Pablo tenía un “aguijón en la carne,” Timoteo tenía problemas estomacales, Jesús llevó nuestras enfermedades ¿Será que no entendían el Salmo 91? Jesús prometió tribulaciones, persecuciones, problemas, e incluso muerte (muchas de las cuales se mencionan en el Salmo 91).
Cuando era un niño pequeño, recuerdo que cuando tenía pesadillas, algunas bastante vívidas por cierto, tomaba mi Biblia de bolsillo (que le robé a mi mamá, no me juzgues, fue por una buena causa, sí la leía) y la escondía debajo de mi almohada pensando que eso espantaría el mal sueño. ¿Saben cómo se le llama a esto? Superstición. Sí, la Biblia, por sí sola no iba a hacer nada ahí debajo de la almohada. Lo que realmente me hubiera traído paz era orar a Dios. Desgraciadamente, lo mismo se está haciendo con el Coronavirus, muchos Cristianos leen este versículo como si fuera esa Biblia bajo la almohada. Creen en una superstición. Creen que por citarlo, el virus ya no entrará en contacto con ellos. ¿Nunca se han enfermado en toda su vida? ¡Claro que sí! ¿Falló la Biblia? No. Enfermedades te van a atacar todo el tiempo, problemas tendrás todo el tiempo. ¿Cuál es el problema que la Biblia te enseña a evitar? La Segunda Muerte.
No caigamos en un comportamiento necio con respecto a este virus o cualquier otra enfermedad. Si ven que alguien está estornudando no corran a medio estornudo a citarle el Salmo 91 y esperen a que les estornude la cara. Sean sabios. Repito, pidan a Dios por protección, lávense las manos (aunque no nos tendrían que decir esto), tomen sus precauciones fortaleciendo su sistema inmunológico, si se enferman tomen medicamentos.
Tomar medicamento no significa dejar de confiar en Dios. Hagan ambas cosas. Santiago 5:14 lo recomienda: “¿Está alguien entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor.” La palabra “aceite” aquí se refiere a un uso medicinal (cf. Marcos 6:13; Lucas 10:34), no a agarrar el aceite de cocina y echárselo encima al enfermo. Ahora bien, antes de que alguien me ataque con respecto a esto de la unción aclararé esto, el Nuevo Testamento utiliza dos verbos para el acto de ungir. 1) aleifo que indica ungir o dar masaje con aceites o ungüentos con fines de salud o cuidado físico o perfumar (Mateo 6:17; Marcos 6:13; Lucas 10:34; Lucas 7:38, 46; Juan 11:2; 12:3). Y 2) jrio que indica ungir con fines de consagración (Lucas 4:18; Hechos 4:27; 10:38; Hebreos 1:9; 1 Juan 2:20, 27). El pasaje en Santiago no utiliza el verbo jrio sino aleifo, Santiago estaba pensando en fines medicinales, no en consagraciones.
Habiendo aclarado esto, entonces, ¿de qué estaba hablando el Salmo 91 si no es para nuestra situación del Coronavirus? Para empezar, cabe recordar que los Salmos no son promesas o profecías, son himnos, así que van a estar llenos de metáforas, hipérboles, etc. Entonces, ¿cómo debe leerse este Salmo?
Tal vez en el sentido literal. Aunque el problema con este tipo de lectura es que no parece estar en sintonía con el resto de la Biblia. Hay mucha gente buena mencionada en la Biblia que murió, tuvo adversidad, sufrió por hacer el bien, fue perseguida por ser justos, e incluso murió por pecados de otros. Y puede entonces surgir la pregunta teológica, ¿qué tanto confío realmente en Dios para experimentar estas promesas? ¿Quién puede realmente confiar en Dios a tal punto? Jesús lo hizo y aún así murió (aunque resucitó…). Tal vez esta no es la opción correcta.
Tal vez en el sentido hiperbólico. Es más razonable interpretar este Salmo de esta manera por el uso del lenguaje de este tipo en Salmos y en otras partes de la Biblia. Aunque aún dejaría con la duda de ¿qué tanto me ayuda este Salmo entonces?
Tal vez en el sentido escatológico (fin de los tiempos). La salvación de la que habla el Salmista bien podría estar dirigida hacia el fin de este mundo y el inicio del próximo después de la resurrección. Pablo ciertamente habló de manera similar en 2 Timoteo 4.
Tal vez lo correcto es no forzar ninguna de las tres. Tal vez las tres contienen verdad en cada una, pues el Salmo contiene un poco de todas. El propósito del texto es animarnos a tener fe (fidelidad) en Dios como la única y última fuente de nuestra protección ante los peligros de esta vida, especialmente durante la espera de la resurrección y la vida perfecta en la que no habrá peligro alguno.
El texto es para ayudarnos a confiar en Dios, no para tentar su providencia. Y eso es precisamente lo que se está haciendo con esta situación del Coronavirus. ¿No me creen? Mateo 4 nos cuenta como Jesús fue tentado por Satanás, en algún punto Satanás comienza a citar las Escrituras para tentar a Jesús, y en el versículo 6 le dice
“y Le dijo: “Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: ‘A SUS ANGELES TE ENCOMENDARA,’ Y: ‘EN LAS MANOS TE LLEVARAN, NO SEA QUE TU PIE TROPIECE EN PIEDRA.’”
¿Qué está citando Satanás? ¡Salmo 91:11-12!:
“Pues El dará órdenes a Sus ángeles acerca de ti, Para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.”
¿Cuál es la lógica de un Cristiano al citar el Salmo 91 para decir que Dios lo protegerá del Coronavirus sin importar qué? Exactamente la misma lógica que estaba usando Satanás al decirle a Jesús que Dios lo protegería de la caída sin importar qué.
Y ¿qué es lo que respondió Jesús a Satanás cuando mal-usó (por ser buena onda diré esto) el Salmo 91? “Jesús le contestó: “También está escrito: ‘NO TENTARAS AL SEÑOR TU DIOS.’”
¿Qué hay del Salmo 91 y el Coronavirus entonces? Como dijo Jesús, “No tienten a Dios.” No por el hecho de que Él nos proteja, debemos salir despreocupados de la vida sin llevar a cabo las prevenciones para evitar el contagio. Jesús sabía que estaría protegido, pero ¿para que aventarse del pináculo del templo? Mejor no dio el paso y se quedó parado donde estaba seguro. Igualmente para el Cristiano, sabemos que Dios nos protege, pero ¿para qué nos vamos a aventar hacia el Coronavirus? Mejor hagan lo posible por estar seguros.
No caigamos en supersticiones. Tomemos precauciones. Y entreguemos a Dios nuestros corazones. Sí, fue con la intención de rimar jajaja. El Coronavirus puede que sea una exageración como en su tiempo lo fue la Influenza, puede que no lo sea y realmente debamos tener cuidado. Pero sea cual sea la situación, podemos usar esto para recordarle a la gente de que urge que tengan una relación con Dios. No diciéndoles que Dios la mandó para castigar a los pecadores, como algunos están haciendo. Pero sí como una prevención, ¿sabes a dónde irás después del Juicio Final? Puede que el Coronavirus te mate, puede que no. Pero lo que sí puedes asegurar es estar del lado correcto con Dios. Acomoda tu vida hoy que sigues vivo, mañana podría ser muy tarde.

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